El valor del tiempo


¿Qué es el tiempo? ¿En que afecta la relación del tiempo en nuestro día a día? ¿Será el tiempo la principal moneda de cambio en el futuro?

Son preguntas que nos realizamos para desarrollar nuestros análisis de la sociedad, cada vez que vemos un nuevo espacio, conocemos una nueva marca o vemos implementada una nueva estrategia, todo circula en relación al tiempo, y es que es éste el que permite que las experiencias de marca puedan existir, sin este factor no tendría sentido desarrollar ningún tipo de estrategia para hacer crecer una marca. El tiempo vive varias etapas y se establece como un indicador directo de interés, lo vemos en las relaciones emocionales e interpersonales entre individuos de la sociedad, si me interesa estar con alguien doy más de mi tiempo, si por el contrario no me interesa, intento perder la menor cantidad de tiempo. 

Es curioso como el tiempo afecta nuestro entorno, y para los que desarrollamos marcas, el tiempo es un eje de atención. ¿Qué estamos haciendo para merecer el tiempo de las personas? ¿Les interesa a nuestros usuarios invertir tiempo con nuestra marca?.

En muchos de nuestros Retail Tour vemos la representación tangible del tiempo en las experiencias que analizamos y cómo puede valer según su uso y eficacia; que una persona pase mucho tiempo en un espacio no es indicador directo de interés, y por el contrario, una que pase muy poco no quiere decir que no se valore su tiempo. Son matices y es la manera de establecer una estrategia coherente la que pone sobre la mesa el uso del tiempo y como éste en consecuencia se convierte en eficiente e inmediato

Las experiencias de marca se deben establecer en una relación espacio/tiempo las cuales nosotros denominamos antes, durante y después; es esta la manera en la que hemos entendido que podemos gestionar los tiempos de marca, el uso de los recursos y cómo entran en relación directa con las personas. Es importante filtrar en que parte de la experiencia entra el medio que pretendemos establecer o proponer para los usuarios. Si entendemos que estamos haciendo un proceso digital, el cual no es asistido, si no que por el contrario está pensado para el autogestionamiento del usuario y que puede a través de éste obtener un producto o servicio, la rapidez por llegar al punto final es importante, los espacios digitales que no tienen un proceso de análisis y no miden el tiempo hace que en consecuencia la experiencia y la marca pierda credibilidad. En el caso de un servicio o asesoría in situ el tiempo se mide por la cantidad de inputs que podamos llegar a ofrecer a una persona, somos individuos que nos regimos por sensaciones, sin éstos perder el hilo es fácil, acompañar y guiar la experiencia ayuda a crecer la implicación de la persona envuelta en el proceso que pretendemos ofrecer. 

No establecer un pensamiento crítico y seguir las tendencias sin una estrategia detrás que haga de base conceptual, nos puede llevar a la embriaguez de la inmediatez. En este estado, donde todo debe salir rápido, sin tener una mínima previsión de nada, donde no se hace un uso correcto del tiempo, nos puede llevar a cometer errores, a comunicar cosas que no creemos y que incluso puede hacer caer la percepción de profesionalidad que ofrecemos al mercado, donde por consiguiente entraremos en un caída libre a la indiferencia del mercado y sobre todo de las personas. Es por esto, que hacemos énfasis en el uso correcto del valor del tiempo, de conocer de manera real a nuestros usuarios, a entender sus hábitos y en función de ellos comprender cómo podemos ofrecer estrategias sólidas. 

El tiempo es ritmo, y es la principal herramienta para establecer cualquier tipo de experiencia de marca; es éste y su buen uso, la principal herramienta para la diferenciación. Esta es una reflexión que nos gusta llevar a las personas, y es la relación con el tiempo donde podemos identificar las herramientas infravaloradas, gracias a nuestros procesos de auditoría hemos podido identificar como en ocasiones envueltos por el día a día se crean diversidad de formatos o herramientas que no tienen una coherencia con el plan estratégico, ni mucho menos una implicación clara en el antes, el durante y el después; esto trae consigo la mala percepción de cómo el diseño estratégico entra a ser una disciplina que en lugar de ofrecer soluciones, entra en directa relación con el malgasto de los recursos económicos y la banalidad estética como su principal factor de reconocimiento. Es aquí donde se pierde toda esperanza por ofrecer experiencias de marca vehiculizadas con metodologías de diseño que sean efectivas, estratégicas y coherentes

Nuestra metodología tiene una relación directa con el tiempo, es éste nuestro eje de aplicabilidad, desarrollo y cohesión del mensaje en la experiencia. Creemos que todo debe tener un momento específico en el tiempo, tanto para la interacción como para la creación de cualquier herramienta, estrategia o soporte. Esta es la manera en la que hemos encontrado nuestro camino para desarrollar proyectos y formaciones de manera coherente sin entrar en el mal concepto del malgasto de dinero y de tiempo. Al dividir nuestro proceso de trabajo en hitos estratégicos, podemos establecer de manera coherente un hilo conductor para las decisiones estratégicas en el antes, el durante y el después, teniendo información de base que avala cada decisión que tomamos, desde la cual podemos saber su utilidad y si es pertinente y necesaria. 

Si quieres más información acerca de nuestra metodología y los procesos de capacitación de marca, desarrollo y consultoría de proyecto o programas de auditorías, por medio de un email a manager@brandcelona.com, te podremos enviar toda la información para ampliar tu visión acerca del diseño como medio para alcanzar objetivos empresariales.

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