La estimulación de la creatividad en los más pequeños está a la orden del día y más aún, si se concibe para ser compartida con toda la familia.
Cierto es que tiene mucho que ver con el estado de la conciliación laboral-familiar y con la explosión de una nueva escuela que prioriza las capacidades creativas y de autosuficiencia de los niños. Sin embargo, estos espacios se están conviertiendo en lugares donde la diversión y la imaginación fluye como nunca y deja que todos los agentes implicados en su conceptualización se recreen para crear pequeños universos de fantasía.
No sólo basta con tener productos dedicados a los más pequeños, sino ser capaces de envolverlos en un universo de diversión, imaginación y fantasía, a la vez que se estimula su aprendizaje y sus ganas de aprender.
Peek a Boo es un multiespacio en Barcelona dedicado a estimular la creatividad de los niños y compartirlo con toda la familia. En sus 250 metros cuadrados ideados para que los niños jueguen y aprendan, pueden comprarse desde juegos didácticos hasta complementos de moda infantil. Además, pueden celebrarse fiestas de cumpleaños y asistir a talleres creativos. El color y las formas abstractas acompañan y unifican el diseño del lugar para adentrar a sus pequeños clientes en un universo de figuras y colores. El concepto de este original espacio también incluye una terraza donde vivir la naturaleza, una cafetería y una zona de lectura.

Peek a Boo, Barcelona (via diariodesign.com)
El Restaurante Praq (Países Bajos) es un ejemplo de conciliación de restaurante familiar en el que padres e hijos disfrutan de un espacio que combina sin estridencias la creatividad y la alimentación sana. Los padres no siempre se sienten cómodos en espacios infantilizados -aunque lo hagan por sus hijos-, por eso no está de más crear espacios amables con ambos, sin que nadie se sienta fuera de lugar. Obviamente, este restuarante no sólo funciona por esa amabilidad ampliada, sino también por la calidad de su comida que hace que los niños quieran volver sin necesidad de regalarles juguetes. Este concepto causó tanto furor que en 5 años pudieron crear su propia cadena de restaurantes en Holanda.
La librería The Kids Republic en Pekín también propone un interiorismo ideado como un parque infantil en el que los niños jueguen a la vez que hojean libros. La iluminación con forma de coloridas serpientes facilita la lectura, así como las estanterías de libros siempre son accesibles para los más pequeños y pueden convertirse en mesas y en escondites para ellos.Todo pensado para que vivan una experiencia con la lectura y el juego rodeados de un concepto de marca presente en todo el lugar.
Igual de importante es este concepto cuando es para incorporarse en zonas especiales y divertidas de negocios no dirigidos exclusivamente a niños, como en el caso de esta zona infantil del David Citadel Hotel en Jerusalén.
Por último, cabe apuntar que en todos estos casos es imprescindible no sólo transmitir y envolver a los niños en un universo de juego, sino demostrar a los padres unos altos estándares de seguridad y prevención de riesgos. El diseño será solo el escenario sin olvidar que los demás factores que participen en el funcionamiento deberán ir acorde con los estándares de calidad y liderazgo de la empresa.
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